jueves, agosto 17, 2006

(sin titulo -2-)

Observar el sol, cuando lo que te restuerce la mente es esa noche que no cesa, y cae en medio de tu piel, inundando las miradas de aquellos que no quisieron entender lo que pasaba. Si pudiera haberlo hecho, si lo hubiera dejado, si lo hubiera... ya no importa! El haber no queda más, sino su nombre. Y te paras decidida frente al centro de tu voz, inundando de preceptos, de mandones que ni aun sentado puede uno recordar, más te olvidas de mi historia, de la idea de mi amor. Porque siempre supe tenerte, en cuanto me desvanecia no dudaba de tu rostro, quien más envidia tenía de tu deseo, tú menos lo guardabas, y te fuiste. Y ahí quede sin vos.